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Leishmaniasis, enfermedad zoonótica que aumenta su presencia en México.

La leishmaniasis  es una enfermedad zoonótica cada vez más común en diversas regiones de México. Afecta varias especies animales, incluyendo a los perros y los seres humanos. Se está convirtiendo en una preocupación creciente para los tutores de perros y los profesionales de la salud. Conocer sus causas, síntomas y métodos de prevención es fundamental para proteger tanto a nuestros canes como a nuestras familias. En este artículo, explicaremos que es la leishmaniasis, sus principales vectores, como se manifiesta en los perros, las medidas de prevención, los tratamientos disponibles y su índice de mortalidad.

¿Qué es la leishmaniasis y cómo se transmite?

La leishmaniasis en América es causada por el parásito Leishmania (parásito intracelular), el cual se transmite principalmente a través de la picadura de flebótomos infectados del género Lutzomya, conocidos como mosquitos de arena. Estos insectos actúan como vectores de la enfermedad, y los perros son uno de los principales reservorios del parásito. Aunque en México la incidencia ha sido más común en regiones del sur, como Chiapas y la Península de Yucatán, el cambio climático y la urbanización han expandido la presencia de estos insectos en nuevas áreas.

En las leishmaniasis canina, la forma más común es la variedad visceral, que afecta a varias órganos del cuerpo, como el hígado y los riñones. Es una enfermedad crónica que puede tener graves consecuencias  si no se detecta y trata a tiempo.

Signos clínicos de la leishmaniasis en perros.

Uno de los principales problemas de la leishmaniasis  es que sus síntomas pueden tardar meses o incluso años en aparecer después de que un perro ha sido infectado, es una "enfermedad crónica y silenciosa”. Esto complica su diagnóstico temprano y aumenta el riesgo de complicaciones graves.

Entre los signos más comunes de la leishmaniasis en perros se encuentran:

  • Pérdida de peso inexplicable. Los perros infectados suelen perder peso gradualmente, a pesar de tener un buen apetito.
  • Lesiones cutáneas. Zonas sin pelo y ulceraciones, especialmente alrededor de los ojos, orejas, la nariz y las extremidades, siendo uno de los síntomas más comunes. Las uñas pueden presentar un crecimiento irregular.
  • Debilidad y letargo. Los perros con leishmaniasis pueden mostrar una pérdida de energía y estar menos activos de lo normal.
  • Anemia. Se manifiesta en la palidez de las encías y la constante fatiga,
  • Problemas oculares. Pueden sufrir de conjuntivitis, uveítis y otras afecciones oculares que dificultan la visión del perro.
  • Sangrado Nasal. Suelen tener sangrado nasal repentino sin una causa aparente.
  • Fiebre persistente. Aunque no siempre es alta, una fiebre prolongada puede ser un indicador de leishmaniasis.

 

La leishmaniasis es una enfermedad crónica y debilitante que desafortunadamente a veces se diagnostica tardíamente.

 

Si tu perro muestra alguno de estos síntomas es muy importante visitar al médico veterinario para que se le realicen las pruebas de laboratorio adecuadas, como análisis de sangre y exámenes serológicos, que confirmen la presencia del parásito.

Prevención: la clave para proteger a tu perro.

Como con muchas enfermedades, la prevención es la mejor defensa contra la leishmaniasis. A continuación, te comparto algunas estrategias clave para reducir el riesgo de infección:

  1. Uso de collares repelentes y pipetas: Existen collares y pipetas con diferentes principios activos que actúan contra los flebótomos  y protegen a los perros. Estos productos actúan como una barrera física y química que evita que los insectos piquen a tu perro.
  2. Evitar zonas endémicas. Si vives o planeas viajar a zonas donde la leishmaniasis es común , toma precauciones adicionales. Mantén a tu perro dentro de la casa al amanecer y al anochecer, que son los momentos en que los flebótomos son más activos.
  3. Vacunas. Desafortunadamente en México aún no está disponible la vacuna contra esta enfermedad. Esperemos que pronto la industria farmacéutica veterinaria visualice la necesidad y que contemos con ella como en otros países..
  4. Control del entorno. Evita acumular en tu hogar materia orgánica como hojas en descomposición y leña. Esto atrae a los flebótomos.

 

La vacunación es uno de los métodos de prevención contra la leishmaniasis. En la actualidad no tenemos esa vacuna en México.

 

Tratamiento contra la leishmaniasis.

El tratamiento contra la leishmaniasis en perros es complejo y suele ser costoso ya que no existe una cura definitiva. El objetivo principal del tratamiento es controlar los síntomas y reducir la carga del parásito en el cuerpo del perro, mejorando su calidad de vida. Se usa la combinación de varios fármacos que actúan sinérgicamente para disminuir la carga parasitaria y facilitar que el paciente recupere una respuesta inmune eficiente.

Es importante tener en cuenta que, aunque los perros pueden responder bien al tratamiento, la leishmaniasis es una enfermedad crónica. Esto significa que, incluso con terapia, el parásito puede permanecer en el cuerpo del perro, y la enfermedad podría reactivarse en el futuro. Los perros tratados deberán  de ser monitoreados regularmente para controlar su estado de salud.

Índice de mortalidad y pronóstico.

El índice de mortalidad de la leishmaniasis en perros varia según la región y el momento en que se diagnostique la enfermedad. Si se detecta en etapas tempranas y se inicia un tratamiento adecuado, muchos perros pueden llevar una vida relativamente normal, aunque con ciertas restricciones. Sin embargo, si el padecimiento se diagnostica en una fase avanzada, el pronóstico empeora considerablemente, y la tasa de mortalidad puede ser alta debido al daño irreversible a los órganos vitales. Si el paciente evoluciona correctamente, se le debe de seguir protegiendo con repelentes e inmunoestimuladores ya que sigue siendo susceptible de volver a infectarse y enfermar

Concluyo.

La leishmaniasis es una enfermedad, considerada una zoonosis, grave y potencialmente mortal para los perros que, lamentablemente, está aumentando su presencia en México. La prevención es clave para evitar que tu perro sea afectado, especialmente si vives o viajas a zonas endémicas. Mantente informado, consulta regularmente a tu médico veterinario y protege a tu perro con medidas preventivas adecuadas. Si sospechas que ya puede estar infectado, actúa rápidamente: un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia en su calidad de vida.

 

 

Autor: Heron Pazzi

Médico Veterinario Zootecnista, dedicado a la clínica y cirugía de perros y gatos. Ex académico de la FMVZ UNAM y de la FCN UAQ. Conferencista y amante de los perros y su bienestar.

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